SE NIEGA A RENUNCIAR DE LA PRESIDENCIA

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El presidente del futbol español, Luis Rubiales, se negó a dimitir el viernes después de una semana de críticas generalizadas por su beso no solicitado en los labios de la jugadora Jenni Hermoso tras el triunfo de España en la Copa Mundial Femenil.

Se esperaba que Rubiales, de 46 años, dimitiera como presidente de la Federación Española de Futbol (RFEF) después de que ministros del gobierno y figuras del deporte exigieran su dimisión y la FIFA abriera un procedimiento disciplinario en su contra.

Pero se mostró desafiante en un discurso en una reunión de emergencia de la federación española de futbol.

“No voy a dimitir, no voy a dimitir, no voy a dimitir”, gritó Rubiales.

“¿Un ‘besito’ consensuado es suficiente para sacarme de aquí? Lucharé hasta el final”, añadió.

Rubiales dijo que las presiones que ha recibido esta semana fueron un intento “de asesinarme públicamente”.

Sus palabras fueron aplaudidas en el encuentro por el polémico seleccionador femenil de España, Jorge Vilda.

Rubiales afirmó que había estado intentando consolar a Hermoso, que falló un penalti en la final contra Inglaterra.

“Ella fue quien me levantó en sus brazos y me acercó a su cuerpo, nos abrazamos y le dije: ‘olvídate del penalti. Estuviste fantástica, sin ti no hubiéramos ganado este Mundial.

“Ella me dijo, ‘eres una estrella’, y yo le dije, ¿un besito? y ella dijo, ‘OK’. Fue un beso espontáneo, mutuo, eufórico y consensuado”, prosiguió Rubiales.

Hermoso había emitido un comunicado el miércoles diciendo que el sindicato de jugadoras Futpro estaba defendiendo sus intereses. Futpro, por su parte, afirmó que las acciones de Rubiales no deben quedar “impunes”.

El viernes, el jefe de la RFEF arremetió contra el “falso feminismo” y dijo que había sido “perseguido” desde que asumió el cargo en mayo de 2018.

“Cuando cometo un error me duele y pido perdón sin suavizarlo, pero no merezco esta cacería que llevo sufriendo desde hace cinco años, todos los días desde hace cinco años.

“Voy a seguir luchando como me enseñaron mis padres, como mis entrenadores, mis compañeros de equipo”.

Rubiales insistió en que su beso no podía compararse con una agresión sexual.

“Por Dios, ¿qué pensarán las mujeres que realmente han sido agredidas sexualmente?” dijo Rubiales.

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