La superestrella de los Portland Trail Blazers, Damian Lillard, llevó a su equipo a una victoria por 131-114 sobre los Houston Rockets el domingo, con 71 puntos, el máximo de su carrera, metió 22 de 38 tiros, incluyendo 13 triples.
El estallido de anotaciones empató el más alto de la temporada de la NBA con la exhibición de 71 puntos de Donovan Mitchell, ya que Lillard se convierte en el octavo jugador en la historia de la liga en registrar 70 o más puntos en un juego.
Fue solo la cuarta vez en esta temporada que un jugador anota al menos 60 puntos y la segunda vez que Lillard logra la hazaña en esta campaña. También lo coloca tercero de todos los tiempos en juegos de 60 puntos en su carrera con cinco.
Lillard hizo gran parte de su daño en la primera mitad, anotando 41 puntos en el marco, empatado en el segundo lugar por un jugador en las últimas 25 temporadas, según ESPN Stats & Info.
Sus 13 triples también fueron un récord personal y uno menos para empatar el récord histórico de 14 de Klay Thompson. Lillard también agregó seis rebotes y seis asistencias a su cuenta.
“Disfruto esos momentos en el juego cuando solo estoy persiguiendo a la gente, cuando estoy en modo de ataque”, dijo Lillard a los periodistas, incluida Anne M. Peterson de The Associated Press, después del juego.
Para acompañar su tiro al rojo vivo desde afuera, Lillard descorchó una volcada viciosa de póster sobre el novato de los Rockets, Jabari Smith Jr., en un momento crucial.
Fuera del base armador All-Star, solo otros dos Blazers alcanzaron cifras dobles en anotaciones. Lillard tuvo 22 de los 42 tiros de campo de su equipo e hizo cinco triples más que todo el equipo de los Rockets.
“Nunca antes había visto una actuación como esa”, dijo el entrenador en jefe de los Blazers, Chauncey Billups.
“No quiero estar del otro lado de eso, pero fue divertido estar de este lado”.
El concurso también fue crucial para Portland, ya que el equipo trató de mantener el ritmo en la carrera de play-in de la Conferencia Oeste. Los Blazers 29-31 ahora están a solo un juego de los New Orleans Pelicans por el sembrado No. 10.