La FIFA suspendió el sábado a Luis Rubiales como presidente de la Federación Española de Futbol por besar en los labios a la jugadora española en la ceremonia de premiación de la Copa Mundial Femenil Jenni Hermoso, y le prohibió tener contacto con ella.
“(Hemos) decidido hoy suspender provisionalmente al señor Luis Rubiales de todas las actividades relacionadas con el futbol a nivel nacional e internacional”, dijo el organismo rector del futbol mundial en un comunicado.
La suspensión por parte de la FIFA del presidente de la Federación Española (RFEF), Rubiales, durará 90 días, mientras se inicia un proceso disciplinario contra el directivo, de 46 años.
Agregaron que tanto Rubiales como la RFEF tienen prohibido contactar con Hermoso y sus allegados.
La medida de la FIFA fue el último acontecimiento en una disputa cada vez más profunda entre Rubiales y la RFEF, Hermoso y sus compañeras de España que, según las jugadoras, ha empañado la gloria de su victoria en la Copa Mundial en Australia el domingo pasado.
Hermoso dijo en un comunicado el viernes que Rubiales y la federación la “presionaron continuamente” a ella y a su familia y amigos para que apareciera junto a Rubiales en un vídeo en el que él se disculpaba por su beso, pero ella se negó.
Rubiales se negó a dimitir en una reunión de urgencia de la RFEF el viernes y el sábado la federación amenazó con emprender acciones legales por las “mentiras” de Hermoso sobre el beso.
Hermoso afirmó que “en ningún momento” accedió al beso tras el triunfo por 1-0 ante Inglaterra en Sídney, que Rubiales calificó de “mutuo, eufórico y consensuado”.
La RFEF respondió diciendo que “demostrarán cada una de las mentiras que se han difundido, ya sea en nombre de directivo, si es el caso, o por la propia jugadora”.
Se emprenderían “cuantas acciones legales sean necesarias para defender el honor del presidente de la RFEF”.
Hermoso, de 33 años, junto con otras 80 jugadoras de España, incluido todo el equipo ganador del Mundial, dijeron que iban a huelga y que no jugarían con la selección nacional hasta que cambiara la “dirección”.
Esa fue una reacción ante la negativa de Rubiales a renunciar a pesar de críticas sin precedentes. Afirma ser objeto de un “asesinato social”.
Hermoso respondió fuertemente a sus afirmaciones de que el beso fue consentido, diciendo que se sentía “vulnerable y víctima de una agresión”.
“Quiero aclarar que en ningún momento consentí el beso que me dio y en ningún caso busqué enaltecer al presidente”, dijo en el comunicado difundido a través de su sindicato Futpro.
La RFEF publicó una serie de imágenes en su página web intentando demostrar que Hermoso sí levantó a Rubiales, como “la primera demostración de que los hechos expuestos por el señor Presidente son absolutamente ciertos”.
Su amenaza de acciones legales parecía dirigida no sólo a Hermoso y Futpro, sino a cualquiera que pudiera haber dañado “la honorabilidad del presidente”.