SON BICAMPEONAS DE LIGA MX FEMENIL

(Liga MX Femenil) Monterrey, Nuevo León.- La cancha del estadio de Monterrey fue testigo de una vibrante final regia, que quedará grabada en la historia de la Liga MX Femenil.

Con un marcador global empatado 3-3, las Rayadas lograron imponerse a Tigres desde los once pasos y conquistaron su cuarto título, consolidándose como bicampeonas del Torneo Apertura 2024 ante una afición eufórica de 50,008 espectadores.

El partido de vuelta estuvo lleno de dramatismo y emoción. Tigres comenzó con fuerza, adelantándose al minuto 41 con un golazo de Jacqueline Ovalle. La “Maga” recorrió toda la cancha con el balón tras un pase de Thembi Kgatlana y definió con un disparo preciso al poste derecho, dejando sin oportunidad a la arquera Pamela Tajonar.

Minutos después, al 44, Ovalle volvió a brillar con una asistencia a Ana Dias, quien aprovechó un rebote desafortunado de Pamela Tajonar para poner el 0-2 en el marcador del partido y un 0-3 global que parecía definitivo.

Sin embargo, Rayadas, dirigidas por Amelia Valverde, reaccionaron en el segundo tiempo con determinación. Al 50, Tanna Sánchez remató de cabeza tras un tiro de esquina cobrado por Diana García, anotando el 1-2 y dando esperanza a las locales. Y al 55 Lucía García acercó a Rayadas en el marcador para poner el 2-2, para el marcador global de 2-3.

El dramatismo alcanzó su punto máximo en tiempo de compensación, cuando Katty Martínez apareció al minuto 90+7 para igualar el marcador global 3-3. Aprovechó un centro rebotado en el área y envió el balón al fondo, forzando la tanda de penales.

Desde los once pasos, la sangre fría y precisión de las Rayadas fueron clave. Con un marcador de 4-3 en la tanda de penales, Monterrey levantó su segunda copa consecutiva y la cuarta en su historia.

Esta final fue la sexta ocasión en que Rayadas y Tigres se enfrentaron por el título, convirtiéndose en la más repetida de la historia de la Liga MX Femenil. Tigres lideraba la serie con tres títulos frente a dos de Monterrey, pero esta victoria permitió a las Rayadas equilibrar el historial, reafirmando la hegemonía regia en el futbol femenil mexicano.

El triunfo de Monterrey no solo consolida su legado, sino que también demuestra el alto nivel de competencia y rivalidad que ambas instituciones han cultivado, ofreciendo una vez más un espectáculo inolvidable para los aficionados.