EN LA CÚSPIDE DEL DEPORTE SONORENSE

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Hermosillo, Sonora.- Dicen que los récords se hicieron para romperse, pero las cuatro medallas (dos de oro, una de plata y una de bronce) consecutivas en Juegos Paralímpicos de Luis Alberto Zepeda, es posible que perduren como hazañas inigualables en la historia del deporte sonorense.

De tal forma, y de manera indiscutible, Zepeda Félix ingresó directamente al Salón de la Fama del Deportista Sonorense para encabezar a los once miembros de la Clase 2023, en base a sus destacados méritos deportivos en una rica trayectoria de más de 30 años en el paratletismo.

El lanzador de jabalina en silla de ruedas no sólo estuvo presente en cuatro citas paralímpicas, sino que en cada una de ellas subió al podio, desde su presentación en Atenas 2004, en donde ganó una espectacular medalla dorada, para después hilvanar preseas en Beijing 2008 (bronce), Londres 2012 (oro) y Río 2016 (plata).

“Estoy orgulloso y muy feliz por esta entronización después de una extensa carrera deportiva, me llena de júbilo pertenecer a la generación del 2023 porque el Salón de la Fama es para que te sigan recordando y aprecien lo hecho en el deporte a través de tantos años.

“Es importante que las nuevas generaciones vean a los deportistas en el Salón de la Fama, porque de esa manera se motivan para incursionar en alguna disciplina, eso me pasó a mí, pues después de eso (saber de grandes atletas), siempre pensé en llegar a un buen nivel (de competencia)”, agregó.

En su residencia, Zepeda Félix posee una recámara especial en donde atesora infinidad de trofeos, reconocimientos y medallas, incluyendo las cuatro preseas en Juegos Paralímpicos, pero, para él, ninguna como la insignia que conquistó en Atenas 2004.

“La competencia en Atenas marcó mi carrera deportiva (además de ganar el oro implantó récord mundial), llegué a la cúspide, eso era lo que buscaba, por eso seguí de lleno en el deporte, además, pensé en dignificar a los deportistas adaptados en todo el país”, destacó.

Inclusive, es tan inconmensurable el valor de esa presea (de oro en Atenas 2004) para Luis Alberto, que, desde entonces, ese metal dorado lo ha acompañado a donde vaya, siendo su “amuleto de la suerte”, de hecho, después de obtenerlo, lo trajo consigo en todas las competencias en las cuales participó.

Como lanzador de jabalina adaptado fraguó un exitoso palmarés que lo llevó a ganar una vez el Premio Nacional del Deporte (2016) y en par de ocasiones el Premio Estatal del Deporte (2004 y 2016), siendo entonces, la entronización al Salón de la Fama del Deportista Sonorense (Clase 2023), la “cereza del pastel”, pues se une en el recinto de inmortales a legendarios personajes deportivos de nuestra entidad.

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