POR HÉCTOR LUNA SABORI
(El Greatest)
Esta anécdota que te voy a contar es REAL. Pasó hace una semana.
Me encontraba en un restaurante en Melbourne, Australia, donde conocí a Óliver, un joven-señor australiano muy simpático.
Al enterarse que yo era mexicano, y que escribo de boxeo aquí en El Greatest, comenzó una amena charla sobre este deporte, pues Óliver vivió algunos años en Los Ángeles, donde desarrolló aún más su gusto por el box.
Entonces me hizo una pregunta.
¿Quién es el mejor boxeador mexicano de todos los tiempos?
Julio César Chávez o Rubén ‘Púas’ Olivares, le contesté.
¿Y Óscar De La Hoya?, me preguntó de manera honesta, pues es alguien a quien admira bastante ya que le tocó verlo pelear algunas veces.
Le dije que para la afición mexicana, en su mayoría, Óscar no es mexicano.
¡Y hubieras visto la cara de sorpresa que puso!
“Pero él dice que es mexicano”, me reviró.
Bueno, él nació en Los Ángeles, pero sus padres son mexicanos, le alcancé a explicar con un limitado inglés.
Entonces tiene sangre mexicana y él se identifica con México, ¿Por qué no lo aceptan los mexicanos?, me preguntó.
I don’t know, le dije. Y sí, también fue una respuesta muy honesta de mi parte.
Después platicamos sobre el australiano y potencial campeón del mundo Tim Tszyu y de su padre Kostya (nacido en Rusia) y claro, de la pelea #KambososHaney.
Nos despedimos y nos chocamos los puños.
Y entonces, ahora que lo vuelvo a pensar, sigo sin saber por qué la mayoría de la afición mexicana nunca terminó por aceptar como mexicano a Óscar de La Hoya, algo que incluso fue un problema para el propio Óscar, como él mismo comentó en Un Round Más.
Donde dijo que sufrió un problema de identidad, pues los gringos lo llamaban mexicano y los mexicanos lo llamaban gringo.
Aunque entendió, y esto hay que reconocerlo, que tuvo el privilegio de vivir el sueño americano a comparación de los paisanos que lo buscaron.
Comprendo el que De La Hoya haya representado a Estados Unidos en los Juegos Olímpicos, algo que le dije a Óliver, pero lo que no entiendo es por qué no lo tomamos como nuestro, ya no digamos como el mejor, si es evidente que siente una conexión con nuestro país.
Porque habla español, usó los colores nacionales y constantemente ha expresado el cariño hacia su sangre.
Al final de cuentas, Óscar de La Hoya es mexicano. Porque así se siente él.
¿Hay alguna razón para que los mexicanos no lo consideren un paisano?
¿Cómo explicarle a Óliver, un australiano que vivió en Los Ángeles y que vio pelear al Golden Boy, que los mexicanos no aceptaron a Óscar como un mexicano más?